Encontrados 15 resultados para: eunuco

  • Entonces el rey de Israel llamó a un eunuco y ordenó: "Que venga en seguida Miqueas, hijo de Imlá". (I Reyes 22, 9)

  • El rey interrogó a la mujer, y ella le contó todo. Luego puso a su disposición un eunuco, al que ordenó: "Que se le restituya todo lo que le pertenece, con todas las rentas del campo, desde el día en que dejó el país hasta ahora". (II Reyes 8, 6)

  • Suprimió los caballos que los reyes de Judá habían dedicado al sol, a la entrada de la Casa del Señor, hacia la habitación del eunuco Natán Mélec, en los anexos, y quemó el carro del sol. (II Reyes 23, 11)

  • En la ciudad apresó también a un eunuco, que estaba al frente de los hombres de guerra, a cinco hombres del servicio personal del rey que fueron sorprendidos en la ciudad, al secretario del jefe del ejército, encargado de enrolar al pueblo del país, y a sesenta hombres del pueblo que estaban dentro de la ciudad. (II Reyes 25, 19)

  • Entonces el rey de Israel llamó a un eunuco y ordenó: "Que venga en seguida Miqueas, hijo de Imlá". (II Crónicas 18, 8)

  • Y dijo a Bagoas, el eunuco que era su mayordomo: "Trata de convencer a esa mujer hebrea que está bajo tu cuidado para que venga a comer y a beber con nosotros. (Judit 12, 11)

  • Que el rey designe inspectores en todas las provincias de su reino, para que ellos reúnan en el harén de la ciudadela de Susa a todas las jóvenes vírgenes y hermosas. Se las pondrá bajo la vigilancia de Hegué, el eunuco del rey encargado de las mujeres, y se las proveerá de cremas de belleza. (Ester 2, 3)

  • Ella iba por la tarde, y a la mañana siguiente volvía a un segundo harén, bajo la vigilancia de Saasgaz, el eunuco del rey encargado de las concubinas. Ya no se presentaba más ante el rey, a no ser que este deseara estar con ella y la llamara expresamente. (Ester 2, 14)

  • Cuando le tocó el turno a Ester, hija de Abijáil -que era tío de Mardoqueo, su padre adoptivo- ella no pidió nada fuera de lo que le indicó Hegué, el eunuco del rey encargado de las mujeres. Ester se ganaba la simpatía de todos los que la veían. (Ester 2, 15)

  • Feliz también el eunuco que no cometió ninguna iniquidad ni tuvo pensamientos perversos contra el Señor. Por su fidelidad se le dará una gracia especial, una herencia muy deseable en el Templo del Señor. (Sabiduría 3, 14)

  • mira con sus ojos y lanza un suspiro, como un eunuco cuando abraza a una virgen. (Eclesiástico 30, 20)

  • Que no diga el extranjero que se ha unido al Señor: "El Señor me excluirá de su Pueblo"; y que tampoco diga el eunuco: "Yo no soy más que un árbol seco". (Isaías 56, 3)


Jesus lhe quer bem, da maneira que só Ele sabe amar.” São Padre Pio de Pietrelcina