Encontrados 22 resultados para: erigido
donde estaba el altar que había erigido la primera vez. Allí Abrám invocó el nombre del Señor. (Génesis 13, 4)
Cuando los israelitas se enteraron de lo sucedido, dijeron: "Los rubenitas, los gaditas y la mitad de la tribu de Manasés han erigido ese altar frente al territorio de Canaán, en los distritos del Jordán, más allá del territorio de los israelitas". (Josué 22, 11)
Saúl edificó un altar al Señor, y ese fue el primer altar erigido por él. (I Samuel 14, 35)
Absalón se había erigido en vida una piedra conmemorativa, que está en el valle del Rey. Porque él decía: "Yo no tengo un hijo para perpetuar mi nombre". A esa estela la había llamado con su nombre, y se la llama "Monumento de Absalón" hasta el día de hoy. (II Samuel 18, 18)
Tres veces al año, Salomón ofrecía holocaustos y sacrificios de comunión sobre el altar que había erigido al Señor, y quemaba incienso sobre el altar que estaba delante del Señor. Así completó la construcción de la Casa. (I Reyes 9, 25)
Además, celebró una fiesta el día quince del octavo mes, como la fiesta que se celebraba en Judá, y subió al altar. Esto lo hizo en Betel, donde ofreció sacrificios a los terneros que había fabricado. En Betel estableció a los sacerdotes de los lugares altos que había erigido. (I Reyes 12, 32)
Él hizo lo que es malo a los ojos del Señor, aunque no tanto como su padre y su madre, ya que retiró la piedra sagrada de Baal que había erigido su padre. (II Reyes 3, 2)
Pero no se apartaron de los pecados con que Jeroboám había hecho pecar a Israel: persistieron en ellos, y aún el poste sagrado permaneció erigido en Samaría. (II Reyes 13, 6)
Entonces Salomón comenzó a ofrecer holocaustos al Señor sobre el altar que había erigido ante el vestíbulo del Templo. (II Crónicas 8, 12)
Luego retiró de la Casa del Señor los dioses extranjeros y el Ídolo. Hizo lo mismo con todos los altares que él mismo había erigido en la montaña de la Casa del Señor y en Jerusalén, arrojándolos fuera de la ciudad. (II Crónicas 33, 15)
También había erigido junto a sus puertas unas torres de cincuenta metros de alto, sobre cimientos de treinta metros de ancho; (Judit 1, 3)
y ofrecieron un sacrificio conforme a la Ley, sobre el nuevo altar de los holocaustos que habían erigido. (I Macabeos 4, 53)