Encontrados 56 resultados para: enterarse

  • Al enterarse de que su pariente Lot había sido llevado cautivo, Abrám reclutó a la gente que estaba a su servicio -trescientos dieciocho hombres nacidos en su casa- y persiguió a los invasores hasta Dan. (Génesis 14, 14)

  • Moisés preguntó entonces por el chivo del sacrificio por el pecado. Al enterarse de que ya había sido quemado, se irritó contra Eleazar e Itamar, los hijos de Aarón que habían sobrevivido, y exclamó: (Levítico 10, 16)

  • teniendo relaciones con otro hombre, y su marido no llega a enterarse, porque ella se deshonró ocultamente, y no hay testigos ni fue sorprendida en el acto; (Números 5, 13)

  • Si su padre, en cambio, al enterarse, le manifiesta su desaprobación, el voto y la obligación que ella se ha impuesto no serán válidos: el Señor no se los tomará en cuenta, porque su padre los desaprueba. (Números 30, 6)

  • y su marido, al enterarse, no le dice nada en contra, los votos y los compromisos que ella ha contraído serán válidos. (Números 30, 8)

  • Pero si el marido, al enterarse, le manifiesta su desaprobación, anula el voto que la obligaba o el compromiso que ella contrajo inconsideradamente, y el Señor no se lo tomará en cuenta. (Números 30, 9)

  • y este último, al enterarse, no le dice nada en contra, el voto y la obligación que ella se ha impuesto serán válidos. (Números 30, 12)

  • Pero si su marido los anula en el momento de enterarse, no será válido nada de los que haya salido de su boca, sean votos u obligaciones: su marido los ha anulado y el Señor no los tendrá en cuenta. (Números 30, 13)

  • Si no le dice nada en contra antes del día siguiente, quiere decir que ratifica todos los votos y todas las obligaciones, porque no le dijo nada en el momento de enterarse. (Números 30, 15)

  • Al enterarse de esto, todos los reyes que estaban de este lado del Jordán, en la Montaña, en la Sefelá, en toda la costa del Gran Mar, hasta la región del Líbano -hititas, amorreos, cananeos, perizitas, jivitas y jebuseos- (Josué 9, 1)

  • Zebul, el gobernador de la ciudad, al enterarse de las palabras de Gaal, hijo de Ebed, se enfureció (Jueces 9, 30)

  • Al enterarse, los señores de Migdal Siquém, se refugiaron en la cripta del templo de El Berit. (Jueces 9, 46)


“Como é belo esperar!” São Padre Pio de Pietrelcina