Encontrados 21 resultados para: dijiste

  • ¿Por qué dijiste que era tu hermana, dando lugar a que yo la tomara por esposa? Ahí tienes a tu mujer: tómala y vete". (Génesis 12, 19)

  • Mientras tanto, iré a buscar un trozo de pan, para que ustedes reparen sus fuerzas antes de seguir adelante. ¡Por algo han pasado junto a su servidor!". Ellos respondieron: "Está bien. Puedes hacer lo que dijiste". (Génesis 18, 5)

  • Abimélec lo mandó llamar y le dijo: "No cabe ninguna duda: ella es tu esposa. ¿Cómo dijiste entonces que era tu hermana?". Isaac le respondió: "Porqué pensé que podían matarme a causa de ella". (Génesis 26, 9)

  • Después pronunció esta oración: "Dios de mi padre Abraham y Dios de mi padre Isaac, Señor, que me dijiste: ‘Regresa a tu tierra natal y seré bondadoso contigo’, (Génesis 32, 10)

  • Tú nos dijiste: ‘Tráiganlo aquí, porque lo quiero conocer’. (Génesis 44, 21)

  • Moisés dijo al Señor: "Tú me ordenas que guíe a este pueblo, pero no me has indicado a quién enviarás conmigo, a pesar de que me dijiste: ‘Yo te conozco por tu nombre y te he brindado mi amistad’. (Exodo 33, 12)

  • Por eso, Señor, manifiesta la grandeza de tu poder, como tú lo has declarado, cuando dijiste: (Números 14, 17)

  • Esto es precisamente lo que pediste al Señor, tu Dios, en el Horeb, el día de la asamblea, cuando dijiste: "No quiero seguir escuchando la voz del Señor, mi Dios, ni miraré más este gran fuego, porque de lo contrario moriré". (Deuteronomio 18, 16)

  • mientras David decía: "Que tu sangre recaiga sobre tu cabeza, ya que tu misma boca atestiguó contra ti, cuando dijiste: ‘Yo he dado muerte al ungido del Señor’". (II Samuel 1, 16)

  • Que tus ojos estén abiertos día y noche sobre esta Casa, sobre el lugar del que tú dijiste: ‘Allí residirá mi Nombre’. ¡Escucha la oración que tu servidor dirige hacia este lugar! (I Reyes 8, 29)

  • porque tú los separaste para ti de entre todos los pueblos, a fin de que fueran tu herencia, como lo dijiste tú mismo, Señor, por medio de tu servidor Moisés, cuando hiciste salir de Egipto a nuestros padres". (I Reyes 8, 53)

  • Que tus ojos estén abiertos día y noche sobre esta Casa, sobre el lugar del que dijiste que allí residiría tu Nombre. ¡Escucha la oración que tu servidor dirige hacia este lugar! (II Crónicas 6, 20)


“De que vale perder-se em vãos temores?” São Padre Pio de Pietrelcina