Encontrados 43 resultados para: daño

  • Y el Ángel le dijo: "No pongas tu mano sobre el muchacho ni le hagas ningún daño. Ahora sé que temes a Dios, porque no me has negado ni siquiera a tu hijo único". (Génesis 22, 12)

  • tú no nos harás ningún daño, porque nosotros no te hemos causado ninguna molestia, sino que siempre fuimos amables contigo y te dejamos partir en paz. Tú eres ahora bendecido por el Señor". (Génesis 26, 29)

  • No harás daño a la viuda ni al huérfano. (Exodo 22, 21)

  • Si les haces daño y ellos me piden auxilio, yo escucharé su clamor. (Exodo 22, 22)

  • Luego el sacerdote deberá conjurar a la mujer, diciéndole: "Si desde que estás bajo la potestad de tu marido ningún hombre se ha acostado contigo, si no te has apartado del buen camino ni te has deshonrado, que estas aguas amargas, portadoras de maldición, no te hagan ningún daño. (Números 5, 19)

  • todo el ejército regresó sano y salvo al campamento de Josué, en Maquedá. Nadie había podido causar el menor daño a los israelitas. (Josué 10, 21)

  • Sansón le replicó: "Esta vez seré inocente del daño que voy a causar a los filisteos". (Jueces 15, 3)

  • ¡Por la vida del Señor, el Dios de Israel, que me ha impedido hacerte daño, si no te hubieras apresurado a venir a mi encuentro, juro que antes de brillar el alba no le habría quedado vivo a Nabal ni un solo hombre!". (I Samuel 25, 34)

  • Entonces David dijo a Abisai: "Ahora Seba, hijo de Bicrí, va a causarnos más daño que Absalón. Recluta tú mismo a los servidores de tu señor y persíguelo, no sea que ocupe algunas plazas fuertes y se nos escape". (II Samuel 20, 6)

  • Y el rey siguió diciendo a Semei: "Tú sabes bien, y tu corazón lo reconoce, todo el daño que hiciste a mi padre David. El Señor hará recaer tu maldad sobre tu cabeza, (I Reyes 2, 44)

  • Nadie te causará ningún daño: por el contrario, te tratarán bien, como corresponde a los servidores de mi señor, el rey Nabucodonosor". (Judit 11, 4)

  • Si pequé, ¿qué daño te hice, a ti, guardián de los hombres? ¿Por qué me has tomado como blanco y me he convertido en una carga para ti? (Job 7, 20)


“De todos os que vierem pedir meu auxílio, nunca perderei nenhum!” São Padre Pio de Pietrelcina