Encontrados 11 resultados para: cusita

  • Miriam y Aarón se pusieron a murmurar contra Moisés a causa de la mujer cusita con la que este se había casado. Moisés, en efecto, se había casado con una mujer de Cus. (Números 12, 1)

  • Luego Joab dijo a un cusita: "Ve a informar al rey de lo que has visto". El cusita se postró delante de Joab y salió corriendo. (II Samuel 18, 21)

  • Ajimáas volvió a decir a Joab: "Pase lo que pase, yo también iré corriendo detrás del cusita". Joab replicó: "¿Para qué vas a correr, hijo mío? Esa buena noticia no te reportará nada bueno". (II Samuel 18, 22)

  • Pero él insistió: "¡Pase lo que pase, iré corriendo!". Entonces Joab le dijo: "Está bien, corre". Ajimáas fue corriendo por el camino del Distrito y se adelantó al cusita. (II Samuel 18, 23)

  • En seguida llegó el cusita y dijo: "¡Que mi señor, el rey, se entere de la buena noticia! El Señor hoy te ha hecho justicia, librándote de todos los que se sublevaron contra ti". (II Samuel 18, 31)

  • El rey preguntó al cusita: "¿Está bien el joven Absalón?". El cusita respondió: "¡Que tengan la suerte de ese joven los enemigos de mi señor, el rey, y todos los rebeldes que buscan tu desgracia!". (II Samuel 18, 32)

  • Zéraj, el cusita, avanzó contra ellos con un ejército de un millón de hombres y trescientos carros de guerra, y llegó hasta Maresá. (II Crónicas 14, 8)

  • Ebed Mélec, el cusita, un eunuco de la casa del rey, se enteró de que habían puesto a Jeremías en el aljibe. Mientras el rey estaba sentado a la puerta de Benjamín, (Jeremías 38, 7)

  • El rey dio esta orden a Ebed Mélec, el cusita: "Toma de aquí a tres hombres contigo, y saca del aljibe a Jeremías, el profeta, antes de que muera". (Jeremías 38, 10)

  • Ebed Mélec, el cusita, dijo a Jeremías: "Colócate estos trapos y estos vestidos viejos entre las axilas y las cuerdas". Jeremías lo hizo así. (Jeremías 38, 12)

  • Ve a decir a Ebed Mélec, el cusita: Así habla el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Yo voy a cumplir mis palabras acerca de esta ciudad, para mal y no para bien; tú las tendrás presentes en aquel día. (Jeremías 39, 16)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina