Encontrados 23 resultados para: crecer

  • Mientras esté consagrado por el voto, ninguna navaja tocará su cabeza. Hasta que se cumpla el plazo de su voto al Señor, estará consagrado y se dejará crecer el cabello. (Números 6, 5)

  • Haré crecer en tus campos pasto para tu ganado, y comerás hasta saciarte. (Deuteronomio 11, 15)

  • Pero su cabello comenzó a crecer apenas cortado. (Jueces 16, 22)

  • con tu propia mano, cuando ellos vivían. Tú expulsaste a las naciones para plantarlos a ellos; y para hacerlos crecer, destruiste a los pueblos. (Salmos 44, 3)

  • ¡Escuchen, cielos! ¡Presta oído, tierra! porque habla el Señor: Yo crié hijos y los hice crecer, pero ellos se rebelaron contra mí. (Isaías 1, 2)

  • El mismo día que plantas, los ves crecer, y a la mañana siguiente, ves germinar tu semilla. Pero la cosecha se pierde en un día funesto, y el dolor es incurable. (Isaías 17, 11)

  • Avergüénzate, Sidón, fortaleza del mar, porque el mar habla así: "No he sufrido los dolores del parto, ni he dado a luz; no he criado muchachos ni hice crecer muchachas". (Isaías 23, 4)

  • Él en efecto, cortó algún cedro, o tomó un roble y una encina que había dejado crecer entre los árboles del bosque, o plantó un abeto que luego la lluvia hizo crecer. (Isaías 44, 14)

  • Convocaste como para un día de fiesta los terrores que me rodean; en el día de la ira del Señor no hay escapados ni sobrevivientes. ¡A los que yo había mimado y hecho crecer los aniquiló mi enemigo! (Lamentaciones 2, 22)

  • y crece como un retoño del campo". Tú comenzaste a crecer, te desarrollaste y te hiciste mujer; se formaron tus senos y crecieron tus cabellos, pero estabas completamente desnuda. (Ezequiel 16, 7)

  • Las aguas lo hicieron crecer y el océano subterráneo lo elevó, haciendo correr sus ríos en torno del lugar donde estaba plantado, y enviando sus canales a todos los árboles del campo. (Ezequiel 31, 4)

  • Pondré nervios en ustedes, haré crecer carne sobre ustedes, los recubriré de piel, les infundiré un espíritu, y vivirán. Así sabrán que yo soy el Señor". (Ezequiel 37, 6)


“Meu Deus, perdoa-me. Nunca Te ofereci nada na minha vida e, agora, por este pouco que estou sofrendo, em comparação a tudo o que Tu sofreste na Cruz, eu reclamo injustamente!” São Padre Pio de Pietrelcina