Encontrados 20 resultados para: convierta

  • Pero no los expulsaré en un solo año, no sea que el país se convierta en un desierto y las bestias salvajes se multipliquen en perjuicio tuyo. (Exodo 23, 29)

  • Que mi palabra seductora se convierta en herida mortal para los que han maquinado un plan siniestro contra tu Alianza y tu Santa Morada, la cumbre de Sión y la Casa que es posesión de tus hijos. (Judit 9, 13)

  • ¡Que aquel día se convierta en tinieblas! Que Dios se despreocupe de él desde lo alto y no brille sobre él ni un rayo de luz. (Job 3, 4)

  • Que su mesa se convierta en una trampa, y sus manjares, en un lazo; (Salmos 69, 23)

  • No te pongas en camino con un aventurero, no sea que se convierta en una carga para ti, porque él obrará según su capricho y su locura te hará perecer junto con él. (Eclesiástico 8, 15)

  • Si tu hija es atrevida, vigílala bien, no sea que te convierta en la burla de tus enemigos, en la habladuría de la ciudad y el comentario de la gente, y te cubra de vergüenza a los ojos de todos. (Eclesiástico 42, 11)

  • Embota el corazón de este pueblo, endurece sus oídos y cierra sus ojos, no sea que vea con sus ojos y oiga con sus oídos, que su corazón comprenda y que se convierta y sane". (Isaías 6, 10)

  • ni lo dejen descansar a él hasta que restablezca a Jerusalén y la convierta en motivo de alabanza sobre la tierra. (Isaías 62, 7)

  • ¡Escarmienta, Jerusalén, no sea que mi alma se aparte de ti, y yo te convierta en una desolación, en una tierra deshabitada! (Jeremías 6, 8)

  • ¡Embriáguenlo, porque ha desafiado al Señor! Que Moab se revuelque en su vómito y se convierta también él en un motivo de risa. (Jeremías 48, 26)

  • Ustedes hacen sufrir al justo con engaños, cuando yo no lo hago sufrir, y reconfortan al impío para que no se convierta de su mala conducta y salve su vida. (Ezequiel 13, 22)

  • ¿Acaso deseo yo la muerte del pecador -oráculo del Señor- y no que se convierta de su mala conducta y viva? (Ezequiel 18, 23)


“Feliz a alma que atinge o nível de perfeição que Deus deseja!” São Padre Pio de Pietrelcina