Encontrados 19 resultados para: clamaron

  • Los israelitas clamaron al Señor, y él hizo surgir un salvador que los libró. Este fue Otniel, hijo de Quenaz y hermano menor de Caleb. (Jueces 3, 9)

  • Los israelitas clamaron al Señor, y él hizo surgir como salvador a Ehúd, hijo de Guerá, de la tribu de Benjamín, que era zurdo. Ellos le encargaron que llevara el tributo a Eglón, rey de Moab. (Jueces 3, 15)

  • Los israelitas clamaron al Señor, porque Iabín tenía novecientos carros de hierro y había oprimido duramente a los israelitas durante veinte años. (Jueces 4, 3)

  • Israel quedó muy debilitado a causa de Madián, y los israelitas clamaron al Señor. (Jueces 6, 6)

  • Cuando los israelitas clamaron al Señor a causa de Madián, (Jueces 6, 7)

  • Entonces los israelitas clamaron al Señor, diciendo: "Hemos pecado contra ti, nuestro Dios, porque te hemos abandonado para servir a los Baales". (Jueces 10, 10)

  • los sidonios, los amalecitas y los madianitas, ustedes clamaron hacia mí, y yo los salvé de su poder. (Jueces 10, 12)

  • Después que Jacob llegó a Egipto, los egipcios los avasallaron, y los padres de ustedes clamaron al Señor. El Señor envió entonces a Moisés y a Aarón, que hicieron salir a sus padres de Egipto y los establecieron en este lugar. (I Samuel 12, 8)

  • Ellos clamaron al Señor, diciendo: ‘Hemos pecado, porque abandonamos al Señor y servimos a los Baales y a las Astartés. ¡Líbranos ahora de las manos de nuestros enemigos, y te serviremos!’. (I Samuel 12, 10)

  • Al darse vuelta, los de Judá advirtieron que les presentaban combate por delante y por detrás. Entonces clamaron al Señor y los sacerdotes tocaron las trompetas. (II Crónicas 13, 14)

  • El rey Ezequías y el profeta Isaías, hijo de Amós, oraron y clamaron al Cielo. (II Crónicas 32, 20)

  • Sobre la tribuna de los levitas se levantó Josué, junto con Binuí, Cadmiel, Sebanías, Buní, Serebías, Baní y Quenaní, y clamaron en alta voz al Señor, su Dios. (Nehemías 9, 4)


“O Santo Sacrifício da Missa é o sufrágio mais eficaz, que ultrapassa todas as orações, as boas obras e as penitências. Infalivelmente produz seu efeito para vantagem das almas por sua virtude própria e imediata.” São Padre Pio de Pietrelcina