Encontrados 14 resultados para: bienestar

  • Por eso, escucha, Israel, y empéñate en cumplirlos. Así gozarás de bienestar y llegarás a ser muy numeroso en la tierra que mana leche y miel, como el Señor, tu Dios, te lo ha prometido. (Deuteronomio 6, 3)

  • Por eso, mientras vivas, nunca busques su prosperidad y su bienestar. (Deuteronomio 23, 7)

  • Por eso, no entreguen sus hijas a los hijos de ellos ni casen a sus hijos con las hijas de esa gente. No busquen nunca su paz ni su bienestar. Así ustedes llegarán a ser fuertes, comerán los mejores frutos de la tierra, y la dejarán en herencia a sus hijos para siempre’. (Esdras 9, 12)

  • Porque Mardoqueo, el judío, era el segundo después del rey Asuero. Los judíos lo consideraban un gran hombre y era amado por la multitud de sus hermanos; él procuraba el bienestar de su pueblo y promovía la felicidad de toda su estirpe. (Ester 10, 3)

  • Mientras vivió Simón, el país de Judá gozó de paz. Él procuró el bienestar de la nación; su autoridad y su magnificencia fueron siempre aceptadas por todos. (I Macabeos 14, 4)

  • Los ancianos se sentaban en las plazas, todos comentaban el bienestar reinante, y los jóvenes iban vestidos con vistosos uniformes militares. (I Macabeos 14, 9)

  • Yo me dije a mí mismo: "Ven, te haré experimentar el placer; goza del bienestar". Pero también esto es vanidad. (Eclesiastés 2, 1)

  • Yo comprendí que lo único bueno para el hombre es alegrarse y buscar el bienestar en la vida. (Eclesiastés 3, 12)

  • Después de todo, que un hombre coma y beba y goce del bienestar con su esfuerzo, eso es un don de Dios. (Eclesiastés 3, 13)

  • un hombre está completamente solo, no tiene hijo ni hermano, pero nunca pone fin a su esfuerzo ni se sacia de ambicionar riquezas. Entonces, ¿para quién me esfuerzo y me privo del bienestar? También esto es vanidad y una tarea ingrata. (Eclesiastés 4, 8)

  • La corona de la sabiduría es el temor del Señor: ella hace florecer el bienestar y la buena salud. (Eclesiástico 1, 18)

  • Mi amargura se cambió en bienestar: tú has preservado mi vida de la fosa del aniquilamiento, porque has arrojado detrás de tus espaldas todos mis pecados. (Isaías 38, 17)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina