Encontrados 14 resultados para: balanza

  • Ustedes deberán tener una balanza justa, una pesa justa y una medida justa. Yo soy el Señor, su Dios, que los hice salir de Egipto. (Levítico 19, 36)

  • ¡Ah, si pudiera pesarse mi dolor y se pusiera en la balanza toda mi desgracia! (Job 6, 2)

  • ¡que Dios me pese en una balanza justa y reconocerá mi integridad! (Job 31, 6)

  • Los hombres no son más que un soplo, los poderosos son sólo una ficción: puestos todos juntos en una balanza, pesarían menos que el viento. (Salmos 62, 10)

  • Aquel que poco antes, llevado de una jactancia sobrehumana, creía dictar ordenes a las olas del mar y pensaba pesar en la balanza las cimas de los montes, era llevado en camilla, después de haber caído en tierra. Así ponía de manifiesto a los ojos de todos el poder de Dios. (II Macabeos 9, 8)

  • El mundo entero es delante de ti como un grano de polvo que apenas inclina la balanza, como una gota de rocío matinal que cae sobre la tierra. (Sabiduría 11, 22)

  • fabrícate una balanza y una pesa para tus palabras, y una puerta y un cerrojo para tu boca. (Eclesiástico 28, 25)

  • ¿Quién midió las aguas en el hueco de su mano y abarcó con la palma las dimensiones del cielo? ¿Quién hizo caber en una medida el polvo de la tierra o pesó en una báscula las montañas y en una balanza la colinas? (Isaías 40, 12)

  • Sí, las naciones son como una gota que cae de un balde, cuentan como un grano de polvo en la balanza; las islas pesan lo mismo que el polvillo. (Isaías 40, 15)

  • Los que malgastan el oro de sus bolsas y pesan la plata en la balanza, contratan a un orfebre para que haga un dios, lo adoran y se postran ante él; (Isaías 46, 6)

  • Hice la escritura, la sellé, la certifiqué con testigos y pesé la plata en una balanza. (Jeremías 32, 10)

  • Hijo de hombre, toma una espada afilada, úsala como navaja de afeitar y pásala por tu cabeza y por tu barba; después toma una balanza y divide en partes el pelo que hayas cortado. (Ezequiel 5, 1)


“O temor e a confiança devem dar as mãos e proceder como irmãos. Se nos damos conta de que temos muito temor devemos recorrer à confiança. Se confiamos excessivamente devemos ter um pouco de temor”. São Padre Pio de Pietrelcina