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y además hemos traído dinero para adquirir nuevas provisiones. No sabemos quién puso el dinero en nuestras bolsas". (Génesis 43, 22)
Cuando el pueblo vio que Moisés demoraba en bajar de la montaña, se congregó alrededor de Aarón y le dijo: "Fabrícanos un dios que vaya al frente de nosotros, porque no sabemos qué le ha pasado a Moisés, ese hombre que nos hizo salir de Egipto". (Exodo 32, 1)
Ellos me dijeron: ‘Fabrícanos un dios que vaya al frente de nosotros, porque no sabemos qué le ha pasado a Moisés, ese hombre que nos hizo salir de Egipto’. (Exodo 32, 23)
Dios nuestro, ¿no harás justicia contra ellos? Porque nosotros no tenemos fuera contra esta gran multitud que viene a atacarnos, y no sabemos qué hacer. Pero nuestros ojos están puestos en ti". (II Crónicas 20, 12)
Nosotros somos de ayer y no sabemos nada, nuestros días sobre la tierra son una sombra. (Job 8, 9)
Ahora que sabemos esto, hagan el favor de escribirnos para ver cómo están. (I Macabeos 12, 22)
Tú les dirás esta palabra: Así habla el Señor, el Dios de Israel: "Todo cántaro debe llenarse de vino". Y si ellos te dicen: "¿No sabemos acaso que todo cántaro debe llenarse de vino?", (Jeremías 13, 12)
Por eso respondieron a Jesús: «No sabemos». Él, por su parte, les respondió: «Entonces yo tampoco les diré con qué autoridad hago esto». (Mateo 21, 27)
Y le enviaron a varios discípulos con unos herodianos, para decirle: «Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas con toda fidelidad el camino de Dios, sin tener en cuenta la condición de las personas, porque tú no te fijas en la categoría de na die. (Mateo 22, 16)
respondieron a Jesús: «No sabemos». Y él les respondió: «Yo tampoco les diré con qué autoridad hago estas cosas». (Marcos 11, 33)
Ellos fueron y le dijeron: «Maestro, sabemos que eres sincero y no tienes en cuenta la condición de las personas, porque no te fijas en la categoría de nadie, sino que enseñas con toda fidelidad el camino de Dios. ¿Está permitido pagar el impueso al César o no? ¿Debemos pagarlo o no?». (Marcos 12, 14)
Y le dijeron: «Maestro, sabemos que hablas y enseñas con rectitud y que no tienes en cuenta la condición de las personas, sino que enseñas con toda fidelidad el camino de Dios. (Lucas 20, 21)
