Encontrados 51 resultados para: salvajes

  • Risfá, la hija de Haya, extendió un saco sobre el roquerío y se quedó allí desde el tiempo de la siega hasta la estación de las lluvias. No permitió que los destrozaran ni las aves de rapiña, en el día, ni las fieras salvajes durante la noche. (2 Samuel 21, 10)

  • Joás, rey de Israel, mandó a decir como respuesta a Amasías, rey de Judá: «El cardo del Líbano mandó a decir al cedro del Líbano: Dame tu hija para que sea la esposa de mi hijo; pero los animales salvajes del Líbano pasaron y pisotearon el cardo. (2 Reyes 14, 9)

  • Pero Joás, rey de Israel, mandó decir a Amasías, rey de Judá: «El cardo del Líbano mandó a decir al cedro el Líbano: Dame tu hija para mujer de mi hijo. Pero las bestias salvajes del Líbano pasaron y pisotearon el cardo. (2 Crónicas 25, 18)

  • ¡Viva Nabucodonosor, rey de toda la tierra, y viva su poder que te ha enviado para poner en el recto camino a todo viviente! Gracias a tu poder, no sólo los hombres le sirven, sino que hasta las bestias salvajes, los ganados y las aves del cielo viven para Nabucodonosor y toda su casa. (Judit 11, 7)

  • No más piedras en tus campos: la tierra te servirá, y las bestias salvajes no te atacarán. (Job 5, 23)

  • Como los burros salvajes en el desierto, salen desde la mañana a buscar su alimento, y a la noche no tienen pan para sus hijos. (Job 24, 5)

  • el jabalí de los bosques la devasta y los animales salvajes la devoran. (Salmos 80, 14)

  • calman la sed de todos los animales; allí extinguen su sed los burros salvajes. (Salmos 104, 11)

  • las montañas y todas las colinas, árboles frutales y todos los cedros, animales salvajes y domésticos, reptiles y aves que vuelan, (Salmos 148, 9)

  • Judas Macabeo, sin embargo, y con él otros diez, se habían retirado al desierto, aceptando compartir la vida de los animales salvajes. Allí se alimentaban con puras legumbres, pues no querían comer carnes impuras. (2 Macabeos 5, 27)

  • Todos a una voz bendijeron entonces a Dios misericordioso y sintieron enardecerse sus ánimos, dispuestos no sólo a acometer a hombres, sino aun a las fieras más salvajes y a murallas de hierro. (2 Macabeos 11, 9)

  • las diferentes especies y el comportamiento de las fieras salvajes, el poder de los espíritus y los problemas de los hombres, la variedad de las plantas y las propiedades de sus raíces. (Sabiduría 7, 20)


“Não abandone sua alma à tentação, diz o Espírito Santo, já que a alegria do coração é a vida da alma e uma fonte inexaurível de santidade.” São Padre Pio de Pietrelcina