Encontrados 11 resultados para: retroceder

  • Entonces clamaron a Yavé y él puso densas tinieblas entre ustedes y los egipcios; hizo retroceder el mar sobre ellos y los sumergió. Ustedes han presenciado todas estas cosas que hice en Egipto y, después, estuvieron mucho tiempo en el desierto. (Josué 24, 7)

  • Los israelitas, apenas lo vieron, empezaron a retroceder, llenos de miedo. (1 Samuel 17, 24)

  • Pero ni siquiera eres capaz de hacer retroceder al más insignificante de los generales de mi rey. ¡Tú creíste que Egipto te daría carros y caballerías! (2 Reyes 18, 24)

  • El profeta Isaías invocó a Yavé, y Yavé hizo retroceder la sombra línea por línea, en los diez grados que ya había subido. (2 Reyes 20, 11)

  • Se ríe del miedo y nada lo asusta ni la espada lo hace retroceder. (Job 39, 22)

  • El mar lo vio y huyó, el Jordán debió retroceder, (Salmos 114, 3)

  • «Esto lo conseguí con la fuerza de mi brazo y con mi capacidad, pues soy inteligente; he hecho retroceder las fronteras de los pueblos y me he apoderado de sus tesoros. Yo como soberano hice bajar de su trono a sus reyes. (Isaías 10, 13)

  • ¡Pero ni siquiera eres capaz de hacer retroceder al más insignificante de los generales de mi patrón! Mientras confiabas en Egipto, pensando que te daría carros y caballerías, (Isaías 36, 9)

  • La sombra que proyecta el sol sobre las escaleras del palacio de Ajaz va a retroceder diez grados de los ya recorridos.» Y la sombra retrocedió diez grados de los que ya había recorrido. (Isaías 38, 8)

  • Siempre lo he sido, y nadie me puede hacer apartar la mano; si yo ejecuto algo, ¿quién me hará retroceder? (Isaías 43, 13)

  • Yo haré retroceder las armas que ustedes llevan en sus manos y con las que combaten en las murallas de la ciudad, al rey de Babilonia y a los caldeos que los están sitiando, y las amontonaré en medio de la ciudad. (Jeremías 21, 4)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina