Encontrados 23 resultados para: reconoce

  • Por tanto, reconoce ahora y trata de convencerte de que Yavé es el único Dios del cielo y de la tierra, y que no hay otro. (Deuteronomio 4, 39)

  • Reconoce, pues, que Yavé, tu Dios, es «el» Dios. Es el Dios fiel, que guarda su Alianza y su misericordia hasta mil generaciones a los que lo aman y cumplen sus mandamientos, (Deuteronomio 7, 9)

  • Tal vez tu esclavo te diga: «No quiero irme», porque te ama a ti y tu casa y reconoce que le va bien contigo. (Deuteronomio 15, 16)

  • Mira, padre mío, mira, en mi mano tengo la punta de tu manto; si yo pude cortarla y no te di muerte, es porque en mí no hay ni mala intención ni rebeldía. Reconoce, pues, que en nada te he ofendido. Tú, en cambio, andas acechándome para quitarme la vida. ¡Que Dios juzgue entre tú y yo! El me hará justicia, pero lo que es yo, no te levantaré la mano. (1 Samuel 24, 12)

  • Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón entero y con ánimo cariñoso, porque Yavé sondea a todos los corazones y penetra los pensamientos en todas sus formas. Si lo buscas, se dejará encontrar, pero si lo dejas, él te arrojará para siempre. (1 Crónicas 28, 9)

  • Tú que juzgas a las naciones, proclama, Señor, mi rectitud y reconoce mi inocencia. (Salmos 7, 9)

  • Ese fue su mérito, se lo reconoce por generaciones, para siempre. (Salmos 106, 31)

  • Ocultar sus faltas no conduce a nada, el que las reconoce y renuncia a ellas se hace perdonar. (Proverbios 28, 13)

  • ya que ignora al que lo formó y no reconoce al que le insufló un alma consciente, poniendo en él el soplo vital. (Sabiduría 15, 11)

  • La sabiduría se reconoce en la conversación; la instrucción se ve en el discurso. (Sirácides (Eclesiástico) 4, 24)

  • Toda persona sensata reconoce la sabiduría, y felicita a los que la han hallado. (Sirácides (Eclesiástico) 18, 28)

  • A un hombre se lo reconoce a simple vista, en la cara se reconoce a un hombre responsable. (Sirácides (Eclesiástico) 19, 29)


“Para consolar uma alma na sua dor, mostre-lhe todo o bem que ela ainda pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina