Encontrados 33 resultados para: oyeron

  • Oyeron después la voz de Yavé Dios que se paseaba por el jardín, a la hora de la brisa de la tarde. El hombre y su mujer se escondieron entre los árboles del jardín para que Yavé Dios no los viera. (Génesis 3, 8)

  • pero rompió a llorar tan fuerte que lo oyeron los egipcios y los servidores de Faraón. (Génesis 45, 2)

  • Lo oyeron los pueblos y se turbaron, se asustaron los filisteos; (Exodo 15, 14)

  • Todos los que lo oyeron pondrán las manos sobre su cabeza, y luego toda la comunidad lo apedreará. (Levítico 24, 14)

  • ¿Y ahora quieres que muera este pueblo como un solo hombre? Pero entonces las naciones que oyeron hablar de ti van a decir: (Números 14, 15)

  • Yavé les habló entonces en medio del fuego. Ustedes oyeron el rumor de las palabras, pero no vieron figura alguna, sólo oían una voz. (Deuteronomio 4, 12)

  • Cuando oyeron aquella voz en medio de las tinieblas, mientras que el monte ardía, se acercaron a mí todos los jefes de sus tribus y los ancianos. (Deuteronomio 5, 23)

  • Cuando los filisteos oyeron esa aclamación estruendosa dijeron: «¿Qué significarán esas aclamaciones tan grandes en el campamento de los israelitas?» Luego se enteraron de que el Arca de Yavé había llegado al campamento. (1 Samuel 4, 6)

  • cuando, pues, se oyeron al mismo tiempo y al unísono los que tocaban las trompetas y los cantores, alabando y celebrando a Yavé; cuando alzaron la voz con las trompetas y con los címbalos y otros instrumentos de música para alabar a Yavé diciendo: «Porque es bueno, porque es eterno su amor», (2 Crónicas 5, 13)

  • El valiente Judas y sus hermanos recibieron grandes honores en Israel y también se hicieron famosos entre los extranjeros que oyeron hablar de ellos, (1 Macabeos 5, 63)

  • Sus ojos contemplaron su gloria majestuosa, sus oídos oyeron su voz poderosa. (Sirácides (Eclesiástico) 17, 13)

  • Pero tampoco ustedes me oyeron ni me hicieron caso, y, endureciendo su cabeza, se portaron peor que ellos.» (Jeremías 7, 26)


“O temor e a confiança devem dar as mãos e proceder como irmãos. Se nos damos conta de que temos muito temor devemos recorrer à confiança. Se confiamos excessivamente devemos ter um pouco de temor”. São Padre Pio de Pietrelcina