Encontrados 41 resultados para: orgulloso

  • tu corazón se ponga orgulloso. No olvides a Yavé, tu Dios, que te sacó del país de Egipto, de la Casa de la esclavitud, (Deuteronomio 8, 14)

  • Veo que te sientes muy orgulloso porque has vencido a los edomitas. Esto te basta para tener fama en tu propia casa; ¿por qué ahora quieres exponerte a una desgracia y perderte a ti y al pueblo de Judá?» (2 Reyes 14, 10)

  • Pero una vez fortalecido en su poder, se puso muy orgulloso hasta corromperse; desobedeció a Yavé, su Dios, entrando en el templo de Yavé para quemar incienso sobre el altar del incienso. (2 Crónicas 26, 16)

  • Sin embargo, Ezequías no correspondió al bien que había recibido, pues se puso orgulloso su corazón, por lo cual la cólera vino sobre él, sobre Judá y Jerusalén. (2 Crónicas 32, 25)

  • Mas, después de haberse puesto orgulloso, se humilló Ezequías, él y los habitantes de Jerusalén; y por eso no estalló contra ellos la cólera de Yavé en los días de Ezequías. (2 Crónicas 32, 26)

  • Que no me aplaste el pie del orgulloso, ni me atrape la mano del impío. (Salmos 36, 12)

  • Desde arriba el Señor ve a los humildes y de lejos distingue al orgulloso. (Salmos 138, 6)

  • llegó hasta los confines de la tierra, recogiendo los despojos de muchos pueblos. Y cuando el mundo se quedó callado y sometido a su poder, se puso muy orgulloso. (1 Macabeos 1, 3)

  • Se puso orgulloso y pensó ser jefe de la nación; por eso, buscó suprimir a Simón y a sus hijos. (1 Macabeos 16, 13)

  • Así fue sacado, incapaz de poderse valer por sí mismo, aquel que poco antes había entrado orgulloso con gran séquito y escolta en el tesoro. Todos reconocieron claramente el poder de Dios (2 Macabeos 3, 28)

  • Antíoco, llevando consigo mil ochocientos talentos que había robado del Templo, partió rápidamente para Antioquía, tan orgulloso que se hubiera creído capaz de navegar por tierra y andar a pie por el mar. (2 Macabeos 5, 21)

  • Y tú, el más criminal e impío de los hombres, no te pongas orgulloso, ni te dejes arrastrar por tus vanas esperanzas. No levantes tu mano contra los hijos del Cielo, (2 Macabeos 7, 34)


“Proponha-se a exercitar-se nas virtudes”. São Padre Pio de Pietrelcina