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  • Si ofreces a Yavé las primicias de tus sembrados, presentarás las espigas tostadas al fuego, o granos nuevos partidos. Así será tu ofrenda de primicias. (Levítico 2, 14)

  • El día de las primicias, cuando ofrezcan a Yavé los frutos nuevos, en la fiesta de las Semanas, tendrán reunión sagrada, y no harán ningún trabajo de trabajador. (Números 28, 26)

  • Sacrificaron, no a Dios, sino a demonios. a dioses que no eran suyos, dioses nuevos, recién llegados, a los que nunca veneraron sus padres. (Deuteronomio 32, 17)

  • Estos pellejos que llenamos de vino eran nuevos, ahora están rotos y descosidos. La ropa y el calzado que usamos se han gastado a causa del largo viaje.» (Josué 9, 13)

  • Iban tras dioses nuevos, y la guerra se les vino encima. ¡Apenas un escudo y una lanza para cuarenta mil hombres en Israel! (Jueces 5, 8)

  • Sansón le contestó: «Si me ataran esta vez con siete cordeles nuevos trenzados, que nunca se hayan usado, perdería mi fuerza y sería como cualquier hombre.» (Jueces 16, 11)

  • «Perdón, señor, mi patrón me envía a decirle: Acaban de llegar a mí dos jóvenes de la montaña de Efraím, de la comunidad de los profetas; dame, por favor, para ellos un talento de plata y dos trajes nuevos.» (2 Reyes 5, 22)

  • Naamán le dijo: «Dígnate aceptar dos talentos de plata.» Insistió en que los aceptara y metió dos talentos de plata con dos trajes nuevos en dos sacos y se los entregó a dos de sus criados, que los llevaron delante de Guejazí. (2 Reyes 5, 23)

  • Dentro de mí hay como un vino que fermenta, y que revienta los odres nuevos. (Job 32, 19)

  • Tu esposa será como vid fecunda en medio de tu casa, tus hijos serán como olivos nuevos alrededor de tu mesa. (Salmos 128, 3)

  • Fabricaron nuevos utensilios sagrados e introdujeron en el Templo el candelabro, el altar de los perfumes y la mesa. (1 Macabeos 4, 49)

  • Cuando el rey Alejandro conoció estos sucesos, concedió nuevos honores a Jonatán. (1 Macabeos 10, 88)


“Viva sempre sob o olhar do Bom Pastor e você ficara’ imune aos pastos contaminados.” São Padre Pio de Pietrelcina