Encontrados 13 resultados para: molino

  • y en Egipto morirán todos los primogénitos, desde el primogénito de Faraón que se sienta en el trono, hasta el de la esclava que mueve la piedra del molino, y todos los primeros nacidos de los animales. (Exodo 11, 5)

  • No se tomará en prenda el molino, ni la muela de piedra del molino, porque ello sería tomar en prenda la vida misma. (Deuteronomio 24, 6)

  • Pero una mujer le arrojó una piedra de molino a la cabeza y le partió el cráneo. (Jueces 9, 53)

  • Los filisteos lo apresaron, le sacaron los ojos y lo llevaron a Gaza. Lo ataron con dos cadenas de bronce y lo hicieron dar vueltas al molino de la cárcel. (Jueces 16, 21)

  • ¿No fue una mujer la que mató a Abimelec, hijo de Jerubaal, lanzán dole una piedra de molino desde lo alto de la muralla, en Tebés? ¿Por qué se han acercado a la muralla?» Entonces tú dirás: También murió tu servidor Urías, el heteo.» (2 Samuel 11, 21)

  • Mueven el molino para exprimir el aceite y pisan la uva de los lagares, pero quedan con sed. (Job 24, 11)

  • Su corazón es duro como roca, resistente como piedra de molino. (Job 41, 17)

  • Entonces se cierra la puerta de calley se detiene el ruido del molino;en que el trino del ave no despiertay se mueren las canciones. (Eclesiastés (Qohelet) 12, 4)

  • Toma el molino y muele la harina, quítate el velo que te protege la cara, levánta tu falda para atravesar el río y que se vean tus piernas, (Isaías 47, 2)

  • Suprimiré de su casa las manifestaciones de alegría y de contento, los cantos del novio y de la novia, el ruido de la piedra de molino y la luz de la lámpara. (Jeremías 25, 10)

  • Mejor sería que lo arrojaran al mar con una piedra de molino atada al cuello, antes que hacer caer a uno de estos pequeños. (Evangelio según San Lucas 17, 2)

  • Entonces un ángel poderoso tomó una piedra, tan enorme como una piedra de molino, y la arrojó al mar, diciendo: «Así, con igual violencia, será arrojada Babilonia, la Gran Ciudad, y no se volverá a ver más. (Apocalipsis 18, 21)


“A caridade é o metro com o qual o Senhor nos julgará.” São Padre Pio de Pietrelcina