Encontrados 26 resultados para: luto

  • Esaú le tomó odio a Jacob, a causa de la bendición que le había dado su padre, y se decía: «Se acercan ya los días de luto por mi padre, y entonces mataré a mi hermano Jacob.» (Génesis 27, 41)

  • Bastante tiempo después, murió la esposa de Judá. Terminado el luto, Judá subió con su amigo Jirá de Adulam a Timna, donde estaban esquilando sus ovejas. (Génesis 38, 12)

  • Durante todo ese tiempo el rey guardó luto por su hijo. (2 Samuel 13, 38)

  • Entonces mandó buscar a Tecoa a una mujer inteligente y le dijo: «Te ruego finjas estar de duelo. Vístete de luto y no te perfumes con aceite de modo que parezcas una mujer que desde hace tiempo lleva luto por un muerto. (2 Samuel 14, 2)

  • Y aquel día, la victoria se cambió en luto para todo el ejército, pues todos supieron que el rey lloraba la muerte de su hijo. (2 Samuel 19, 3)

  • que observaran estos días de Purim, como lo había establecido Mardoqueo, y respetaran, ellos y sus descendientes, la obligación de ayunar y de guardar luto. (Ester 9, 31)

  • Se había quitado su elegante vestido y se había puesto ropa de luto hecha tiras. En lugar de sus caros perfumes se había cubierto la cabeza de cenizas y polvo. Humilló ásperamente su cuerpo y con las desatadas trenzas de su cabellera cubrió su atrayente figura. (Ester 14, 2)

  • Tu has cambiado mi duelo en una danza, me quitaste el luto y me ceñiste de alegría. (Salmos 30, 12)

  • Su Santuario quedó vacío como el desierto, y sus fiestas se convirtieron en días de luto, sus sábados fueron burlados, y su fama se cambió en desprecio. (1 Macabeos 1, 39)

  • Así la boda se convirtió en luto y la música en lamentaciones. (1 Macabeos 9, 41)

  • En este cerro quitará el velo de luto que cubría a todos los pueblos y la mortaja que envolvía a todas las naciones. (Isaías 25, 7)

  • La tierra está de luto y se muere, el Líbano ha sido humillado y queda árido, el Sarón parece un desierto, y un peladero, el Basán y el Carmelo. (Isaías 33, 9)


“Rezai e continuai a rezar para não ficardes entorpecidos”. São Padre Pio de Pietrelcina