Encontrados 30 resultados para: llamé

  • El lo llamó Sebá, y de aquí viene que la ciudad se llame Bersebá hasta el día de hoy. (Génesis 26, 33)

  • Así pues, cuando Faraón les llame y les pregunte: «¿Cuál es su oficio?», (Génesis 46, 33)

  • Todo hombre o mujer que llame a los espíritus o practique hechicerías morirá. Los apedrearán y su sangre caerá sobre ellos.» (Levítico 20, 27)

  • No te dejes llevar por consideraciones indignas como de ser ésta: «Ya pronto llega el año séptimo, el año de la remisión», y mires entonces con malos ojos a tu hermano pobre y no le prestes nada. No sea que llame contra ti a Yavé y cargues tú con un pecado. (Deuteronomio 15, 9)

  • Entonces llamé a los jefes Eliecer, Ariel, Semaías, Yarib, Elnatán, Natán, Zacarías y Mesulam, los jefes, y a los instructores Yoyarib y Elnatán. (Esdras 8, 16)

  • Después de reflexionar, llamé la atención a los notables y a los consejeros, diciéndoles: «¿Por qué ustedes no tienen lástima de sus hermanos?» Debido a eso reuní una gran asamblea (Nehemías 5, 7)

  • Ellos me contestaron: «Se lo devolveremos y no les reclamaremos nada. Haremos como tú has dicho.» Entonces llamé a los sacerdotes y, delante de ellos, hice jurar a todos que cumplirían su promesa. (Nehemías 5, 12)

  • Siendo mayor de edad, me casé con una joven de nuestra familia llamada Ana, de la que tuve un hijo al que llamé Tobías. Cuando fuimos desterrados a Nínive, (Tobías 1, 9)

  • Cuando regresó a casa, el cabrito empezó a balar. La llamé y le dije: «¿De dónde salió ese cabrito? ¿No fue robado? Devuélvelo a sus dueños, pues no podemos comer cosa robada.» (Tobías 2, 13)

  • Inclinó hacia mí su oído el día en que lo llamé. (Salmos 116, 2)

  • El que pone oídos sordos al grito del afligido, cuando llame no le responderán. (Proverbios 21, 13)

  • Abrí a mi amado, pero mi amado ya se había ido. ¡Se me fue el alma tras de él! Lo busqué y no lo hallé, lo llamé y no me respondió. (Cantar 5, 6)


“A maior alegria de um pai é que os filhos se amem, formem um só coração e uma só alma. Não fostes vós que me escolhestes, mas o pai celeste que, na minha primeira missa, me fez ver todos os filhos que me confiava”.(P.e Pio) São Padre Pio de Pietrelcina