Encontrados 32 resultados para: escudos

  • David se apoderó de los escudos de oro que llevaban los guardias de Hadadezer y los llevó a Jerusalén. (2 Samuel 8, 7)

  • El rey Salomón hizo trescientos grandes escudos de oro finísimo, empleando seiscientas monedas de oro para cada uno de ellos, (1 Reyes 10, 16)

  • y trescientos escudos pequeños, de oro finísimo también, y los colocó en el palacio «Bosque del Líbano». (1 Reyes 10, 17)

  • y se apoderó de los tesoros de la Casa de Yavé y de los de la casa del rey; de todo se apoderó. Lo mismo se llevó todos los escudos de oro que había hecho el rey Salomón. (1 Reyes 14, 26)

  • Roboam hizo en su lugar escudos de bronce, que confió a los jefes de la guardia real, que custodiaban la entrada de la casa del rey. (1 Reyes 14, 27)

  • Joyada entregó a los oficiales las lanzas y escudos del rey David que estaban en la casa de Yavé (2 Reyes 11, 10)

  • David tomó los escudos de oro que llevaban los servidores de Hadadezer y los llevó a Jerusalén. De Tibjat y Kun, ciudades de Hadadezer, (1 Crónicas 18, 7)

  • El rey Salomón hizo doscientos grandes escudos de oro batido, aplicando seiscientos siclos de oro batido en cada escudo, (2 Crónicas 9, 15)

  • y trescientos escudos pequeños de oro batido, aplicando trescientos siclos de oro en cada escudo; el rey los colocó en la casa «Bosque del Líbano». (2 Crónicas 9, 16)

  • En todas estas ciudades había escudos y lanzas, y las hizo sumamente fuertes. Judá y Benjamín reconocían su autoridad. (2 Crónicas 11, 12)

  • Subió, pues, Sosaq, rey de Egipto, contra Jerusalén y se apoderó de los tesoros de la Casa de Yavé y de los tesoros de la casa del rey. De todo se apoderó. Tomó también los escudos de oro que había hecho Salomón. (2 Crónicas 12, 9)

  • Entonces el rey Roboam hizo en su lugar escudos de bronce que confió a los jefes de la guardia que custodiaban la entrada de la casa del rey. (2 Crónicas 12, 10)


“A sua função é tirar e transportar as pedras, e arrancar os espinhos. Jesus é quem semeia, planta, cultiva e rega. Mas seu trabalho também é obra de Jesus. Sem Ele você nada pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina