Encontrados 13 resultados para: cuesta

  • Pero Moisés contestó: «Si los hijos de Israel no me hacen caso, ¿cómo me escuchará Faraón? Y eso que me cuesta expresarme.» (Exodo 6, 12)

  • Cuando Saúl subía con su muchacho por la cuesta de la ciudad de Ramá, encontraron a unas muchachas que salían a buscar agua y les preguntaron: «¿Está aquí el vidente?» ( (1 Samuel 9, 11)

  • Al ver esto Ocozías, rey de Judá, huyó por el camino de Bet-Hagan. Jehú partió en su persecución, gritando: «Mátenlo también a él.» Lo hirieron en su carro en la cuesta de Gur, cerca de Jibleam; alcanzó a refugiarse en Meguido y allí murió. (2 Reyes 9, 27)

  • Bajen contra ellos mañana; ellos van a subir por la cuesta de Sis, de manera que los encontrarán al extremo del torrente, junto al desierto de Jeruel. (2 Crónicas 20, 16)

  • pues tú has oído la súplica. Todo mortal viene a ti con sus culpas a cuesta; nuestros pecados nos abruman pero tú los perdonas. (Salmos 65, 3)

  • De vuelta a casa, descansaré a su lado, porque su compañía no es amarga; vivir con ella no cuesta nada, sino que, al contrario, trae alegría y felicidad". (Sabiduría 8, 16)

  • Si nos cuesta conocer las cosas terrestres, y descubrir lo que está al alcance de la mano, ¿quién podrá comprender lo que está en los cielos? (Sabiduría 9, 16)

  • Como una cuesta arenosa para los pies de un anciano, así es la mujer habladora para un marido de buen carácter. (Sirácides (Eclesiástico) 25, 20)

  • Mi corazón está de duelo por Moab, por sus fugitivos que llegan hasta Soar. Por la cuesta de Luhit suben llorando, por el camino de Joronaim lanzan gritos desgarradores. (Isaías 15, 5)

  • Lo anuncian a voz en cuello hasta Soar. ¡Ay!, la cuesta de Luit la suben llorando. (Jeremías 48, 4)

  • Porque Dios ha ordenado que todo cerro elevado y toda cuesta interminable sean rebajados, y rellenados los valles hasta aplanar la tierra, para que Israel camine seguro bajo la gloria de Dios. (Baruc 5, 7)

  • Rasguen su corazón, y no sus vestidos, y vuelvan a Yavé su Dios, porque él es bondadoso y compasivo; le cuesta enojarse, y grande es su misericordia; envía la desgracia, pero luego perdona. (Joel 2, 13)


“Quando te encontrares diante de Deus, na oração considera-te banhado na luz da verdade, fala-lhe se puderes, deixa simplesmente que te veja e não tenhas preocupação alguma”. São Padre Pio de Pietrelcina