Encontrados 59 resultados para: cualquiera

  • Tú me arrojas hoy de esta tierra, y me dejas privado de tu presencia. Si he de ser un errante y de andar vagando sobre la tierra, cualquiera que me encuentre me matará.» (Génesis 4, 14)

  • Este es el momento: matémoslo y echémoslo en un pozo cualquiera, y diremos que algún animal feroz lo devoró. ¡Ahí vamos a ver en qué quedan sus sueños!» (Génesis 37, 20)

  • Durante siete días comerán pan sin levadura. Desde el primer día no habrá fermento en las casas, pues cualquiera que coma pan fermentado desde el primer día hasta el séptimo será borrado de la comunidad de Israel. (Exodo 12, 15)

  • Cualquiera que haga otro igual para recrearse con su fragancia será exterminado de entre los suyos.» (Exodo 30, 38)

  • Trabajarás durante seis días, pero el día séptimo será sagrado para ustedes, día de descanso completo en honor a Yavé. Cualquiera que trabaje en ese día morirá. (Exodo 35, 2)

  • Todos los hijos de Israel, hombres y mujeres, a quienes su generosidad había impulsado a llevar algo para cualquiera de los trabajos que Yavé, por medio de Moisés, les había encomendado, trajeron sus ofrendas voluntarias a Yavé. (Exodo 35, 29)

  • Lo mismo para quien toca por inadvertencia cualquiera de las inmundicias humanas con que puede contaminarse, y después se da cuenta y entonces se encuentra con un delito. (Levítico 5, 3)

  • Cualquiera fuere el lugar donde vivan, no comerán sangre, bien sea de animal, o de ave. (Levítico 7, 26)

  • Quien se siente en un mueble donde se haya sentado cualquiera que padezca derrame, deberá lavar sus vestidos y luego bañarse en agua, y será impuro hasta la tarde. (Levítico 15, 6)

  • Cualquiera que cometa estas abominaciones, -todas esas personas serán eliminadas de su pueblo. (Levítico 18, 29)

  • Cualquiera que maldiga a su padre o a su madre morirá. El que maldice a su padre o a su madre, quiere su propia muerte. (Levítico 20, 9)

  • si tocó un reptil cualquiera o a un hombre que lo contamine, haciéndolo impuro, (Levítico 22, 5)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina