Encontrados 34 resultados para: caiga
Yavé, pues, dijo a Moisés: «Extiende tu mano hacia el cielo, para que caiga el granizo en toda la tierra de Egipto sobre hombres, ganados y sembrados.» (Exodo 9, 22)
Quedará impuro cualquier objeto sobre el que caiga uno de sus cadáveres, ya sea un artefacto de madera, o un vestido, una piel, un saco o cualquier utensilio. Será metido en agua y quedará impuro hasta la tarde; después quedará puro. (Levítico 11, 32)
Cualquier objeto sobre el que caiga alguno de esos cadáveres quedará impuro: el horno y el doble fogón serán derribados; son impuros y los tendrán por impuros (Levítico 11, 35)
Lo repartirán entre las familias, echando suertes. A los más numerosos darán una parte mayor de la herencia, y a los menos numerosos, una parte menor. Donde le caiga a cada uno la suerte, allí será su propiedad. Harán el reparto por tribus paternas. (Números 33, 54)
Cuando construyas una casa nueva, harás alrededor de la azotea un pequeño muro, no sea que alguien se caiga desde arriba y tu casa quede manchada con sangre. (Deuteronomio 22, 8)
Como lluvia se derrame mi doctrina, caiga como rocío mi palabra, como suave lluvia sobre la verde hierba, como aguacero sobre el césped. (Deuteronomio 32, 2)
Que mi sangre no caiga en tierra, lejos de la presencia de Yavé. ¿Por qué has salido a cazarme como quien persigue una perdiz en los cerros?» (1 Samuel 26, 20)
Que el castigo por la muerte de Abner caiga sobre Joab y su descendencia. Que nunca falte entre ellos quien sufra de hemorragia o de lepra, o que se apoye en un bastón, o alguien que caiga bajo la espada o no tenga qué comer.» (2 Samuel 3, 29)
Te propongo tres cosas y yo haré que caiga sobre ti la que tú elijas. (2 Samuel 24, 12)
David, al darse cuenta de la mortandad, suplicó a Yavé: «Señor, yo soy el que ha pecado. ¡Yo obré mal, Señor!, pero éstas, las ovejas, ¿qué han hecho? Caiga, Señor, tu mano sobre mí y mi familia; sobre nadie más.» (2 Samuel 24, 17)
David respondió a Gad: «Estoy en gran angustia. Pero caiga yo en manos de Yavé, porque es grande su misericordia, y no caiga en manos de los hombres.» (1 Crónicas 21, 13)
Y David dijo a Yavé: «Yo fui quien ordenó hacer el censo del pueblo. Yo fui quien pequé; yo cometí el mal; pero estas ovejas ¿qué culpa tienen? Oh Yavé, Dios mío, caiga tu mano sobre mí, y sobre la familia de mi padre, pero que no haya plaga en tu pueblo.» (1 Crónicas 21, 17)