Encontrados 26 resultados para: bajado

  • El monte Sinaí entero humeaba, porque Yavé había bajado en medio del fuego. Subía aquel humo como de un horno, y todo el monte temblaba muy fuerte. (Exodo 19, 18)

  • Oigan la voz de los que reparten los despojos junto al lugar donde beben los animales. Allí se cantan los favores que Dios ha hecho a Israel, cuando el pueblo de Yavé ha bajado a las puertas. (Jueces 5, 11)

  • Tus raíces, Efraím, están en Amalec; tu hermano Benjamín está tras de ti entre tus tropas. De Makir han bajado capitanes; de Zabulón, jefes llevando la vara de bronce. (Jueces 5, 14)

  • Le dijeron: «Hemos bajado para amarrarte y entregarte en manos de los filisteos.» Sansón les dijo: «Júrenme que ustedes mismos no me matarán.» (Jueces 15, 12)

  • Mientras tanto los levitas habían bajado el Arca de Dios y el cofre que estaba a su lado, que contenía los objetos de oro, y colocaron todo sobre la gran piedra. Los de Bet-Semes ofrecieron aquel día sacrificios a Yavé, (1 Samuel 6, 15)

  • Habían bajado hasta las afueras de la ciudad cuando Samuel dijo a Saúl: «Dile a tu muchacho que siga caminando; tú, en cambio, detente aquí, pues tengo que comunicarte un recado de parte de Dios.» (1 Samuel 9, 27)

  • Se levantó de madrugada y fue en busca de Saúl. Le avisaron que Saúl había ido a Carmelo, donde se erigió un monumento; luego, siguiendo su camino, había bajado a Guilgal. (1 Samuel 15, 12)

  • A estos dos los hombres de Gat los mataron, pues habían bajado a apoderarse de sus ganados. (1 Crónicas 7, 21)

  • Pero se dio cuenta que el dinero faltaba en sus tesoros y que los impuestos de la provincia habían bajado debido a las divisiones y miserias que él mismo había causado en el país, al cambiar las leyes vigentes desde los primeros tiempos. (1 Macabeos 3, 29)

  • Y así como había bajado fuego del cielo por la oración de Moisés, para consumir las ofrendas y la víctima sacrificada, lo mismo, por la oración de Salomón, bajó fuego del cielo y consumió la víctima. (2 Macabeos 2, 10)

  • Había bajado a los nogales para ver las flores del valle, por ver si la viña estaba brotando y florecían los granados. (Cantar 6, 11)

  • Los marineros tuvieron miedo y cada uno invocaba a su Dios. Después echaron la carga del barco al mar para sacarle peso. Jonás, mientras tanto, había bajado al fondo del barco para tomar descanso, y dormía profundamente. (Jonás 1, 5)


“Nunca se canse de rezar e de ensinar a rezar.” São Padre Pio de Pietrelcina