Encontrados 11 resultados para: alfarero

  • Veamos ahora a un alfarero: moldea concienzudamente la blanda arcilla, modela para nuestra utilidad toda clase de objetos. De la misma masa saca utensilios destinados a usos nobles y otros, a usos ordinarios. ¿Para qué servirá tal o cual cántaro? Eso lo decide el alfarero. (Sabiduría 15, 7)

  • Así como el barro está en manos del alfarero que lo moldea a su voluntad, así también están los hombres en las manos del que los ha hecho: trata a cada cual como mejor lo estima. (Sirácides (Eclesiástico) 33, 13)

  • Lo mismo sucede con el alfarero que trabaja sentado frente al torno y hace andar la rueda con sus pies; está inmerso en su faena y trata de producir más. (Sirácides (Eclesiástico) 38, 29)

  • ¡Qué maldad la de ustedes! ¿Es acaso la greda igual que el alfarero? ¿Podrá decir al que la hizo: «Yo no soy tu obra»; o dirá un cántaro al alfarero: «No sabes nada»? (Isaías 29, 16)

  • Lo he despertado en el norte, y ha venido, desde el oriente ha sido llamado por su nombre. Ha pisoteado a los jefes como al barro, como el alfarero pisa la arcilla. (Isaías 41, 25)

  • Bajé, pues, donde el alfarero que estaba haciendo un trabajo al torno. (Jeremías 18, 3)

  • «Yo puedo hacer lo mismo contigo, pueblo de Israel; como el barro en la mano del alfarero, así eres tú en mi mano. (Jeremías 18, 6)

  • Los hijos de Sión, valiosos y preciados como el oro fino, ¡ay!, son considerados como vasos de arcilla, obra del alfarero. (Lamentaciones 4, 2)

  • Entonces se pusieron de acuerdo para comprar con aquel dinero el Campo del Alfarero y lo destinaron para cementerio de extranjeros. (Evangelio según San Mateo 27, 7)

  • y las dieron por el Campo del Alfarero, tal como el Señor me lo ordenó. (Evangelio según San Mateo 27, 10)

  • ¿No dispone el alfarero de su barro y hace con el mismo barro una vasija preciosa o una para el menaje? (Carta a los Romanos 9, 21)


“É doce o viver e o penar para trazer benefícios aos irmãos e para tantas almas que, vertiginosamente, desejam se justificar no mal, a despeito do Bem Supremo.” São Padre Pio de Pietrelcina