Proverbios, 6
20. Hijo mío, observa los consejos de tu padre, no rechaces la enseñanza de tu madre.
20. Hijo mío, observa los consejos de tu padre, no rechaces la enseñanza de tu madre.
El Capítulo 6 de Proverbios es una advertencia contra la pereza y la falta de responsabilidad financiera. Instruye a los lectores a trabajar diligentemente y evitar deudas y promesas irresponsables. Los siguientes versos fueron elegidos por su relevancia para los temas tratados en este capítulo:
Santiago 4:17: "Por lo tanto, el que sabe que debe hacer el bien y que no lo hace que esté pecando". Este versículo destaca la importancia de actuar de manera correcta y responsable, incluso cuando requiere esfuerzo y sacrificio personal.
1 Timoteo 6:10: "Porque el amor por el dinero es la raíz de todos los males. Algunas personas, ansiosas por el dinero, se han desviado de la fe y se han atormentado con muchos sufrimientos". Este versículo advierte sobre los peligros de preocuparse excesivamente por el dinero y la riqueza en lugar de centrarse en valores más importantes.
Proverbios 10:4: "Las manos perezosas empobrecen al hombre, pero las manos diligentes le traen riqueza". Este versículo refuerza el mensaje central de Proverbios 6, enfatizando la importancia del trabajo duro y la diligencia para lograr la prosperidad financiera.
Lucas 14:28: "¿Porque si alguien quiere construir una torre, no se siente primero y calcule el costo, para ver si tiene suficiente dinero para completarla?" Este versículo destaca la importancia de planificar y tomar cuidadosamente decisiones financieras informadas y responsables, evitando así las deudas futuras y los problemas financieros.
Proverbios 22:7: "Los ricos dominan sobre los pobres; quien toma prestado es un esclavo para la Cuaresma". Este versículo enfatiza los peligros de la deuda y la importancia de vivir dentro de los medios financieros ellos mismos. Sugiere que aquellos que se esfuerzan corren el riesgo de perder su independencia financiera y ser dominados por los acreedores.
“Caminhe sempre e somente no bem e dê, cada dia, um passo à frente na linha vertical, de baixo para cima.” São Padre Pio de Pietrelcina