32. Ahora, pues, oh Dios nuestro, Dios grande, poderoso y temible, que mantienes tu alianza y tu amor, toma en cuenta la miseria que ha caído sobre nosotros, sobre nuestros reyes y príncipes, nuestros sacerdotes y profetas, sobre nuestros padres y sobre todo tu pueblo desde los tiempos de los reyes de Asiria hasta el día de hoy.





“Enquanto tiver medo de ser infiel a Deus, você não será’. Deve-se ter medo quando o medo acaba!” São Padre Pio de Pietrelcina