8. y también una carta para Asaf, el cuidador de los bosques, pues necesito madera para hacer las puertas de la ciudadela, cerca del Templo, para la muralla de la ciudad y la casa en la que yo viviré.» La bondadosa mano de Dios me estaba apoyando, de tal manera que el rey me dio lo que le pedía.





“Para mim, Deus está sempre fixo na minha mente e estampado no meu coração.” São Padre Pio de Pietrelcina