14. ¡Todos tus amantes te olvidaron, ya no se interesan por ti! Sí, yo te he herido como hiere el enemigo, con un golpe seco, por tu enorme culpa y por tus numerosos pecados.





“Para consolar uma alma na sua dor, mostre-lhe todo o bem que ela ainda pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina