35. Entre tanto una palabra de Yavé llegó a uno de los hermanos profetas, que dijo a su compañero: «Hiéreme.» Pero el hombre no quiso herirlo.





“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina