12. Tuya, oh Yavé, es la realeza; tú estás por encima de todo. Te acompañan la gloria y las riquezas. Tú eres dueño de todo; en tu mano están el poder y la fortaleza y es tu mano la que todo lo engrandece y a todo da consistencia.





“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina